martes, 13 de marzo de 2012

C001-02

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Ana salía corriendo de su casa, la tarde era tan igual a todas que le aburría el hecho de ir por primera vez a su nuevo trabajo y aunque recién graduada, el ir a trabajar e ir a clases le parecía lo mismo; una lucha interna por lo que es y lo que quería de cada día. Personas nuevas con iguales pretensiones y aspiraciones en la vida, comer, dormir, respirar, todo lo que la ciudad y sus rutinas les podía ofrecer era lo que tenían. Ella, sin embargo, tenia la esperanza de pintar nubes rosas en un cielo gris, quería cambiar al mundo inundándolo de sonrisas, por eso, con sus escasos veinticuatro años, delicado tamaño, cabellos de oro y rostro de ángel siempre inspiraba calidez en las personas a su alrededor.


Baja las infinitas escaleras del cerro en el que vive, camina varias calles, baja más escaleras y sigue caminando, las imparables manecillas del reloj le aprontan el paso. Al fin llega a la parada de autobuses la cual estaba bastante sola, pasan los minutos y a lo lejos se divisa una unidad de transporte, aprieta el puño sosteniendo su bolso fuertemente, el autobús llega frente a ella y se trata de montar cuando de la nada aparecen decenas de personas que la sofocan en una violenta lucha por subir al ya abarrotado transporte. Sudor, malos modales y cansancio suben y bajan de la unidad en el caos cotidiano de todos los días, luego de mucho forcejeo y esfuerzos inútiles para subir, Ana es rescatada por el muchacho que recogía el dinero del pasaje, el cual, siempre la había visto, día tras día, años tras año, tomar el autobús en la misma parada y a la misma hora. Ana siente que la jalan hacia adentro entre la multitud, sin saber nada ni entender nada esta adentro, como si una fuerza divina la hubiese ayudado y sin darse cuenta, esta sentada en el asiento al lado del chofer.

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El mundo siempre girando no daba señales de cambio, habían predicho el fin del mundo para el año 1939, para el 1997, el Y2K, el 2012, pero todo seguía igual, el mundo siempre tan rutinario y aburrido que a veces de un bostezo aparecían en países lejanos algún terremoto, algunos huracanes y volcanes.

Un pescador en Uruguay abre el periódico y ve un titular que dice: "Mueren 5.000 personas por inundación en China"; sigue pasando las hojas y llega a la sección de deportes. A nadie ya nada le impresionaba, la humanidad se hacia cada vez mas inhumana o humana, los cantantes prefabricados que no eran nada más que un buen trabajo de marketing inundaban la televisión.

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